Para la materia Sistemas de Información, teníamos la premisa de crear un blog y al menos 2 entradas para empezar a familiarizarse con los nuevos recursos tecnólogicos en auge por aquel entonces. Hoy a 10 años de aquel momento, la perspectiva hace que valore las cosas de las cuales gozamos hoy en día. Que las ocurrencias de un joven muchacho de Buenos Aires puedan ser leídas y/o comentadas por todo tipo de personas en diferentes partes del globo es una verdadera revolución. Hoy no parece ser la gran cosa con tanto medio a disposición.
¿Por qué "El Fuego de Prometeo"?
Aquí vamos, siempre sentí predilección por los mitos griegos y el de Prometeo, un dios sacrificado y dador de de iluminación cuadraba muy bien (Siempre fui bastante pretencioso :)
Al principio decidí firmar con seudónimos como si el autor se tratase de un ser enmascarado para que el sitio no se convierta en un mero comentario de amigos y conocidos. El motor original no era recibir alabanzas de personas cercanas al estilo: "Escribís muy bien" o "El blog está muy bueno". Quería que este sea un espacio de debate, de ideas y sobre todo uno en donde pudieran confluir diferentes tipos de opiniones, sin importar los nombres propios.
En él escribí cuentos, notas, artículos, embebí vídeos, lo adorné con reproductores de Música, con arte, con frases célebres. Tuve momentos de total apatía (Siempre fui apático para escribir, será por eso que no ejercí como periodista gráfico) o de total euforia cuando un tema encendía esa llama del conocer. Escribí sobre política, actualidad, religiones, filosofía, experiencias de viaje. Quise que el blog fuera una ventana hacia esa antorcha interior, esa curiosidad solamente entendida por aquel que la porta.
Pero como la vida, las cosas alcanzan su cenit y luego entran en decadencia. En estos últimos años esa casa llena de luz y confortable, pasó a ser un lugar frío al cual sólo visitaba ocasionalmente en algún fin de semana largo. Yo como persona cambié. Me dejaron de motivar algunas cosas y empecé a interesarme por otras. Dejé de querer convertirme en un ser elevado, acumulador de teorías y derrochador de vocabulario. Me di cuenta que el verdadero poder no reside solamente en la razón sino también "preparando el corazón".
El flâneur es un gran observador y goza de lo que Prometeo hizo, sólo cambió las togas y las alturas elevadas del Monte Olimpo por el sombrero, bastón y rincones de ciudades habitadas y llenas de misterios ocultos a simple vista. Como esa curiosidad todavía sigue ahí, vivita y coleando es por ello que:
El blog transmutará en lamiradaflaneur.blogspot.com
¡Te espero! ¡Una brasa es un fuego por comenzar!